El Neógeno es la segunda etapa de la Era Cenozoica. Comienza aproximadamente hace 23 millones de años y termina hace 2’6 millones de años.
Podemos dividir al Neógeno en dos etapas:
- Primera etapa, comienza hace 23Ma y termina hace 5’3Ma.
- Última etapa, comienza hace 5’3Ma y termina hace 2’6Ma.
El clima global del Neógeno es de un descenso de las temperaturas a nivel global, creando gradientes entre Norte-Sur y el comienzo de la diversificación de los climas cálidos, templados y fríos. Son los primeros pasos de la glaciación.
La imagen anterior representa la distribución de los continentes a finales del Neógeno, ya que no se observa la unión de América del Sur con la Antártida y Australia, y el subcontinente de la India ya está fusionado a la placa Euroasiática y formando la cordillera del Himalaya.
Mioceno
En el Mioceno hay una rápida evolución y adaptación de los animales terrestres a un nuevo ambiente cambiante. El clima se enfría cada vez más rápido, hay una bajada del nivel de los océanos, aumento de las cordilleras por movimientos tectónicos, parte de La Tierra se congela (en el Mioceno comienza a congelarse la Antártida, podría indicarse como “la primera etapa enfriamiento” previa a la glaciación del Cuaternario) y se pierden los bosques húmedos que se encontraban en zonas alejadas de los trópicos.
Aparecen grandes paisajes de praderas y extensiones de herbáceas con algunos árboles, una temprana sabana donde antes había bosques húmedos, lo que obliga a los herbívoros a evolucionar ante dos aspectos: conseguir comida y evitar ser la comida.
En los bosques las plantas eran más acuosas y menos duras, mientras que ahora en las praderas las plantas son más duras porque tienen que retener el agua, por lo que los herbívoros desarrollan una serie de adaptaciones como un estómago muy especializado en el caso de los rumiantes, o dientes mucho más especializados para machacar y triturar la celulosa de las hojas para poder extraer mejor sus nutrientes en la posterior digestión.
Pero el problema que surge es que ahora están mucho más expuestos, no están protegidos por una densa vegetación. Los herbívoros se vuelven unas presas más fáciles y comienza una carrera coevolutiva de supervivencia predador-presa (aunque siempre existió, pero ahora se hace más llamativa en el caso de los mamíferos), en la que los herbívoros desarrollarán sistemas de defensa (velocidad en la huida, púas, placas duras…) para evitar a los carnívoros, mientras que los carnívoros harán lo mismo pero para poder cazar (garras más afiladas, músculos más fuertes, que sean más veloces aún…).
De esta época son los primeros rumiantes como los búfalos y los camellos, además de équidos más especializados como Merychippus.
Uno de los principales orígenes del cambio de clima y vegetación es debido a la tectónica de placas. Los continentes se mueven a unas posiciones muy similares a las actuales, pero algunos se encuentran aún conectados creando puentes de acceso a diferentes zonas, como la conexión entre América del Norte y del Sur con la Antártida y Australia, y entre África y Eurasia, permitiendo el acceso y transporte de grandes carnívoros como dientes de sables y también herbívoros como elefantes, rinocerontes, équidos y primates.
Junto a la separación de la Antártida y su congelación, permitió que el flujo de agua oceánica cambiase, provocando que el agua cálida del Ecuador se fuera enfriando a medida que viajaba al polo Sur y después ésta volviese al Ecuador a calentarse, creando un gradiente desde las zonas ecuatoriales a zonas polares, potenciando el cambio de temperatura global.
A finales del Mioceno solamente existía hielo en la Antártida y picos montañosos, aún no comenzaron a congelarse el resto de continentes, pero que comenzaron a presentar una variación climática (climas cálidos y áridos cercanos al ecuador del globo, que se tornaba más templado a medida que se acercaban a los polos), pero seguía siendo un clima de temperatura cálida.
Plioceno
El clima del Plioceno es más fresco que el clima del Mioceno, dominado por sabanas y amplias extensiones de herbáceas. La temperatura global desciende y el planeta se hacía cada vez más frio, sobre todo en zonas del Hemisferio Norte, cuando a finales del Plioceno comenzaron a avanzar las heladas y glaciares.
Un hecho muy importante del Plioceno es el origen del Canal de Panamá, puente de conexión entre América del Norte con América del Sur que no existía en el Mioceno, lo que originó la desaparición de casi todos los marsupiales del subcontinente del sur. América del Norte anteriormente estuvo conectada con Eurasia, pero que permitió el intercambio de especies placentarias y su expansión. Cuando Norteamérica se separó de Eurasia, al poco tiempo se unió a Sudamérica, lo que implicó nuevos desplazamientos de los placentarios del norte hacia el sur donde se encontraban marsupiales, casi erradicándolos al estar mejor preparados para dichos ambientes.
En general, el mundo era muy parecido al actual pero con menos hielos. Las sabanas se volvieron más abundantes, y las praderas con herbáceas se extendieron en gran medida. Esto pudo implicar a los primeros homínidos como el Austrolopithecus a una complexión más bípeda para andar grandes distancias en praderas sin árboles. Algunos datan al Homo habilis, el primer primate del género Homo y que podemos indicar el primer antepasado claro del humano actual, a finales del Plioceno y principios del Pleistoceno, sin llegar a un acuerdo en qué punto temporal se originó (aunque datos recientes lo datan sobre los 2’4Ma, lo que lo introduce en el Pleistoceno).
En el Plioceno además hay una gran especialización de perisodáctilos (herbívoros ungulados placentarios de número de pezuñas impares), entre los que se encuentran los caballos, los rinocerontes y el tapir, como la reducción del número de pezuñas hacia la pezuña única actual como la tienen los caballos actuales.
En el Plioceno, se comienza a ver que la pezuña central de los perisodáctilos adquiere mayor importancia soportando más peso que el resto, observándose porque ésta va aumentando de tamaño con respecto las otras dos que se van haciendo más vestigiales.
Una de las hipótesis sobre cómo se enfrió el clima a lo largo del Neógeno son que debido a la tectónica de placas que dieron lugar a la formación de grandes cadenas montañosas como el Himalaya por el choque de la placa India con la Euroasiática, y junto a la separación de Sudamérica-Antártida-Australia, produjeron una reorganización de las corrientes oceánicas y junto a ésta una reorganización de temperaturas a lo largo de todo el globo.
Otra hipótesis es un aumento de la cantidad de gases que fueron liberados a la atmósfera debido al aumento de los bosques en épocas anteriores (Paleógeno y principios del Neógeno), que hicieron a nuestra atmósfera más inestable y provocaron fluctuaciones a lo largo del Plioceno, lo que sucumbió en un enfriamiento global que precedería a la posterior edad de hielo del Pleistoceno (a comienzos del Cuaternario).
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