El estudio de fósiles permite relacionar la forma de las extremidades, de la mandíbula y de las piezas dentales con un determinado tipo de alimentación.
De este modo, a través de los fósiles, se sabe que un dinosaurio fue carnívoro por la forma de sus dientes, estos son delgados y en forma de daga, contando con bordes serrados. Este tipo de estructura le permitía al dinosaurio provocar un profundo corte en su presa y aferrarse a la misma.
Las piezas dentales próximas a la mitad de la mandíbula, poseían un tamaño mayor, ya que la musculatura mandibular en esta zona también permitía una mordida más fuerte y profunda.
La paleontología también nos ha permitido saber que algunos dinosaurios carnívoros desarrollaron mandíbulas carentes de piezas dentales, pero en el lugar de estas crecían picos óseos recubiertos de una capa de esmalte. Se supone que estos picos eran especialmente útiles para romper huevos.
Se estima que los dinosaurios carnívoros vivieron aproximadamente 160 millones de años, extinguiéndose junto al resto de estos animales prehistóricos.
Obviamente, durante este amplio periodo, sufrieron también diversos cambios evolutivos: las patas traseras se hicieron aún más largas y delgadas, sus cerebros aumentaron de tamaño y su visión mejoró.
Dinosaurios carnívoros del periodo Triásico
El triásico es uno de los tres periodos que conforman la Era Mesozoica, también conocida como era de los dinosaurios. Se estima que empezó hace 252 millones de años y acabó hace 201 millones de años. Por lo tanto, su extensión aproximada es de 51 millones de años, un periodo que dio lugar a diversos dinosaurios carnívoros.
Coelophysys
Cynognathus
Dilophosaurus
Eoraptor
Herrerasaurus
Procompsognathus
Ichthyosaurus
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