fbpx

Acrocanthosaurus: un lagarto con espinas

Nombre: Acrocanthosaurus
Dieta: Carnívora
Peso: 6 toneladas
Periodo: Cretácico
Encontrado en: USA

El género Acrocanthosaurus  está formado por una única especie denominada Atokensis y pertenece a un grupo de dinosaurios saurisquios terópodos alosáuridos que vivieron en el Período Cretácico.

El nombre de este dinosaurio significa «lagarto de espinas altas» ya que las espinas dorsales poseían unas apófisis algo más prolongada.

En su conjunto, esta mayor prolongación de la apófisis daba la sensación de una pequeña joroba a lo largo de toda la columna vertebral, de  la que se ha llegado a suponer que era una estructura que contenía sustancias energéticas a modo de reserva.

El Acrocanthosaurus fue uno de los mayores terópodos del Cretácico, pero los hubo aún más grandes como el Giganotosaurus.

Pero esto no es todo lo que hay que contar acerca de este espectacular dinosaurio. Si quieres descubrir muchas más cosas sobre este animal prehistórico, a continuación encontrarás una información completa acerca del Acrocanthosaurus. ¡Sigue leyendo y descúbrelo todo acerca de este dinosaurio carnívoro del Cretácico!

Taxonomía del Acrocanthosaurus

Reino División Clase Superorden Orden Suborden Infraorden Superfamilia Familia
Animalia Chordata Sauropsida Dinosauria Saurischia Theropoda Carnosauria Allosauroidea Carcharodontosauridae

 

  • El reino del Acrocanthosaurus es el de Animalia.
  • La división a la que pertenece el Acrocanthosaurus es Chordata.
  • La clase de este dinosaurio es Sauropsida.
  • El superorden del Acrocanthosaurus es Dinosauria.
  • El orden al que pertenece el Acrocanthosaurus es Saurischia.
  • El suborden al que pertenece este dinosaurio es Theropoda.
  • El infraorden del Acrocanthosaurus es Carnosauria.
  • La superfamilia de este dinosaurio es Allosauroidea.
  • La familia a la que pertenece el Acrocanthosaurus es Carcharodontosauridae.

Controversias en la clasificación del  Acrocanthosaurus

El Acrochanthosaurus presenta características propias de la superfamilia a la que perteneceAllosauroidea, siendo los rasgos más típicos y peculiares de la misma los siguientes:

  • La presencia de dos crestas que se insertan en el tejido óseo proveniente  de las cavidades nasales.
  • La presencia de glándulas  lagrimales ubicados en el hocico, con una función secretora, de otra parte, inherente a cualquier tejido glandular.
  • La presencia de espinas neurales principalmente ubicadas  en las vértebras del cuello.

No obstante, un detalle especial acerca del Acrocanthosaurus es que desde un principio únicamente fue vinculado a la superfamilia Allosauridea, de forma conjunta con el famoso Allosaurus, sin embargo, mientras esta decisión fue apoyada por las investigaciones recientes de algunos científicos,  encontró también detractores.

Fueron otros esmerados investigadores los que clasificaron finalmente al Acrocanthosaurus dentro de una familia de nombre Carcharodontosauridae, debido a que afirman tener suficientes pruebas para diferenciar a estos dos grupos taxonómicos.

¿Sabías qué?...
En el momento en el que por primera vez el Acrocanthosaurus (además de otros terópodos de gran tamaño) fue descubierto, los científicos se dieron cuenta de que tan solo tenían algunos restos para poder investigar y analizar el pasado de este individuo, lo que llevó a estos mismos investigadores a una serie de errores, puesto que no tenían suficientes vestigios del Acrocanthosaurus para realizar afirmaciones concluyentes.

Uno de estos errores generó el hecho de que este dinosaurio cambiara de clasificación de forma frecuente, de hecho los científicos  Wann Langston y Willis Stovall, en un principio lo pusieron dentro de los “Antrodemidae”, en lugar de clasificarlo como parte de “Allosauridae”.

Por otro lado, otro afamado investigador llamado Alfred Sherwood Romer, en el año 1956 decidió colocar a este dinosaurio dentro del “Megalosauridae”.

Mientras tanto, un numeroso grupo de científicos independientes afirman que las características espinas largas indican que existe un intenso y notorio parentesco con los temidos Spinosaurus.

Esta teoría tuvo mucha resonancia y autoridad hasta el año de 1980, por esa razón fue tomada en cuenta como una suposición legítima en la que muchos libros e investigaciones se basan, evidentemente, este es otro de los errores que se generan en este ámbito debido a la falta de información contrastable.

La vida del Acrocanthosaurus

El Acrocanthosaurus pudo desarrollar su existencia en lo que hoy conocemos como América del Norte, hace aproximadamente 115 millones de años y específicamente el territorio que ocupó es el que actualmente está constituido por los estados de Oklahoma y Texas, sin dejar de mencionar a Maryland como uno de los nidos de este espécimen.

Se cree que este dinosaurio mantuvo su existencia durante el período  Cretácico, como ya se ha mencionado anteriormente, aunque no vivió durante la totalidad del mismo sino durante el Cretácico inferior. Los científicos consideran que este periodo tuvo lugar hace más de 125 millones de años.

Obviamente el Acrocanthosaurus tuvo la oportunidad de convivir con otros dinosaurios que más adelante señalaremos con mucha mayor precisión.

Su alimentación era claramente carnívora y esto se ha determinado gracias a los restos fósiles encontrados, este hecho, unido a su gran tamaño, hacían del Acrocanthosaurus un gran depredador del ecosistema existente entonces.

Si bien no poseía una gran rapidez, tenía diversas habilidades como cazador y tal y como podrás observar a continuación, su gran tamaño le resultaba todo un aliado en su cacería.

Su descubrimiento

En resumen, los restos y vestigios fósiles del Acrocanthosaurus fueron encontrados en el actual territorio de los Estados Unidos de América como ya hemos especificado con anterioridad.

Fueron diversas las localizaciones de los restos fósiles, algunos provenían de Oklahoma,  otros vestigios fueron encontrados en el estado de Texas, y además de ello contamos con piezas dentales que fueron halladas dentro del actual Maryland, un hallazgo no menos importante en comparación con los demás.

Disponemos también de una serie de huellas fosilizadas de gran tamaño, las cuales también fueron halladas dentro de lo que ahora conocemos como el estado de Texas, sin embargo, no se encuentran relacionadas con el esqueleto encontrado en el mismo estado y a pesar de que se cree que pertenecen al mismo género de dinosaurio, lo cierto es que aún en la actualidad no existe ningún dato concluyente.

Gracias a los recientes descubrimientos, la ciencia ha podido avanzar en el análisis, estudio y la investigación del Acrocanthosaurus, puesto que dichos hallazgos han permitido determinar más específicamente la clasificación de este dinosaurio, clasificación que desde el principio se negaba a ser clara y concluyente, debido a que las opiniones y estudios de diversos científicos se oponían y contaban con adecuados fundamentos para plantear esta oposición.

Gracias a estas investigaciones recientes se pudo obtener una valiosa información acerca de la estructura cerebral que el Acrocanthosaurus tenía, además,  se pudo averiguar a ciencia cierta la verdadera función que cumplían sus interesantes extremidades delanteras.

En el año de 1950, dos reconocidos personajes de la Paleontología, Willis Stovall y el famoso Wann Lagngston, tuvieron la idea de ponerle como nombre «Acracanthus atokaensis» a este dinosaurio, idea que estuvo contenida dentro de la tesis de maestría de Wann Lagngston, la cual se presentó en el año  1947. Sin embargo, en la publicación formal decidieron modificar el nombre por el de Acrocanthosaurus.

En cuanto al holotipo y en cuanto al paratipo, tenemos nada menos que a dos individuos incompletos que fueron encontrados en el estado de Oklahoma a inicios del año 1940, aunque el estudio acerca de los mismos duró toda una década por lo que no fueron descritos hasta el año 1950.

Ahora hablaremos de otros dos individuos que fueron descritos en 1990 y que cabe mencionar si hablamos del descrubrimiento y el posterior estudio del Acrocanthosaurus.

Primer individuo (SMU 74646)

Este hallazgo cuenta con un esqueleto incompleto, evidentemente, el cual no solo “ha perdido” la mayor parte de su cráneo, sino que además fue descubierto dentro de una formación enigmática denominada como Twin Mountain, en el estado de Texas.

Este individuo ahora mismo se encuentra dentro de la famosa colección del Museo de Ciencia e Historia, anoten ese dato, les resultará de gran interés para los fanáticos de estos fascinantes animales prehistóricos.

Segundo individuo (NCSM 14345)

Este fósil fue apodado con la jocosa denominación de “Fran”,  hallado dentro de la muy popular formación Antlers gracias a la acción de un grupo de poderosos coleccionistas.

Luego de un tiempo este individuo fue reconstruido de forma exitosa por el equipo profesional del Instituto de Black Hills, el cual se encuentra ubicado dentro de Dakota del Sur.

En la actualidad podemos encontrar los restos de este individuo dentro del estado de Carolina del Norte, específicamente en Raleigh, en el afamado Museo de Ciencias Naturales.

La gran importancia de este segundo individuo es su tamaño, ya que es el más grande que hasta ahora ha sido descubierto en comparación con todos los demás Acrocanthosaurus hallados, además de resultar ser el único que cuenta con un cráneo totalmente intacto y uno de los brazos en igual estado.

Restos de Acrocanthosaurus situados en el Museo de Ciencia Natural

Lo interesante es que también se pudo encontrar un diente justo en la zona sur del estado de Arizona, diente que se clasificó dentro de este género de dinosaurio, y además de ello, las marcadas de este tipo de dientes han sido descubiertas en numerosos huesos de otro dinosaurio de la misma área, siendo más específicos, en un saurópodo, lo que dificulta aún más la adecuada taxonomía del Acrocanthosaurus.

Por otro lado, también tenemos a otro conjunto de dientes hallados en una formación denominada como Arundel, dentro del estado de Maryland, dientes que han sido asignados a este dinosaurio y que nos dan a conocer un dato muy importante: el Acrocanthosaurus llegó a vivir también en el extremo este del actual territorio de los Estados Unidos.

¿Sabías qué?...
Permanece hasta hoy el debate sobre la evolución de este dinosaurio, un grupo serio de científicos sostiene que pertenece a los alosáuridos, mientras tanto otro sector de investigadores niega de forma rotunda dicha información y afirma que se trata en realidad de un carcarodontosáurido.

También existen numerosos grupos de dientes y además diversos huesos que han sido hallados en formaciones geológicas cercanas o similares, pero que en realidad pertenecían a otros dinosaurios y no al Acrocanthosaurus, y viceversa.

Características físicas

Todos los restos fósiles hallados llevaron a pensar que este espécimen resultó ser nada más y nada menos que un grandioso depredador de naturaleza bípeda, y su gran cualidad era la apófisis espinosa, es decir, una serie de espinas situadas a la par que sus vértebras, que daba la sensación de ser una joroba situada justo por encima de su cuello y espalda.

Este animal resultó ser también uno de los más grandes dinosaurios terópodos de su tiempo, con una longitud aproximada de 12 metros y que un peso que podía llegar a alcanzar las 6 toneladas una vez alcanzada la edad adulta.

A pesar de que en comparación con el Giganotosaurus era un poco más pequeño, de igual manera se encuentra entre los dinosaurios más grandes como terópodo que han existido en toda la historia.

Los brazos de este individuo nunca tuvieron la función de regular la locomoción, por el simple hecho de que jamás llegaban a tocar el suelo, al igual que sucede con algunos otros terópodos, pero tenían una gran importancia en el  momento de cazar y conseguir alimento, sobre todo cuando la presa se resistía en gran medida.

Luego del primer estudio de los brazos, a partir del descubrimiento de un fósil del brazo completo, se llegó a conocer mucho más sobre el mismo, por esa razón se afirmó que los brazos eran una herramienta principal para conseguir alimento, permaneciendo encogidos e inclinados hacia el cuerpo.

Características del Acrocanthosaurus

Existe un dato importante que debemos tener en cuenta, cuando decimos que sus pequeños brazos fueron usados para la caza no me refiero a que fueron usados en la etapa inicial de esta, sino que después de haber atrapado a la víctima, estos brazos servían como herramienta para aprisionarla y evitar que huyese, solo en el único caso de que siguiera con vida, ya que en realidad no podían ser utilizados para iniciar el ataque, puesto que era casi imposible que se pudieran abrir totalmente y atacar con las garras.

Por esta razón se afirma de modo contundente que el arma principal para atacar era la mandíbula del Acrocanthosaurus, la cual emanaba bastante fuerza y potencia, lo que dejaba indefensas a sus víctimas.

¿Sabías qué?...
Este gran dinosaurio tiene la cualidad de “grande” por la sencilla razón de que resultó ser el terópodo de mayor tamaño dentro de su ecosistema, e incluso se ha hablado de la gran posibilidad de ser el mayor depredador que se encargaba de alimentarse de otros enormes saurópodos, y hasta de ornitópodos, los cuales no tenían precisamente un pequeño tamaño.

El Acrocanthosaurus y su parecido a otros dinosaurios

Una característica importante del Acrocanthosaurus era su cráneo alargado y estrecho, de similar forma al cráneo de otros dinosaurios alosáuridos, contaba además con un enigmático agujero que se situaba justo en frente de la desarrollada cuenca ocular, este agujero tiene como nombre el de “fenestra anteorbital”.

Esta estructura de complejo nombre  tenía la simple función de reducir su peso, puesto que era una abertura bastante amplia, de una longitud de más de un cuarto de la longitud total del cráneo.

La zona dental tuvo la forma cuadrada, ubicada justo por fuera del borde frontal, al igual que el Giganotosaurus, adicionalmente era de característica poco profunda, muy diferente a la mandíbula, la cual resultaba ser extremadamente profunda en este dinosaurio.

Otra cualidad interesante del Acrocanthosaurus era el grupo de espinas neurales, las cuales podíamos encontrar justo en las vértebras del cuello, distribuidas hasta el final de su propia cola, lo cual le llevaba a tener más del doble de la longitud de la propia vértebra.

En ese sentido, recordemos que muchos otros especímenes de dinosaurios también contaban con ese tipo de espinas en sus espaldas, incluso mucho más grandes (o altas) que las del Acrocanthosaurus, siendo este el caso del famoso Spinosaurio, el cual podía llegar a tener en promedio unos dos metros de altura, pero sus espinas alcanzaban una longitud 11 veces mayor que sus propias vértebras.

Sin embargo, la diferencia entre las espinas del Spinosaurio y las espinas del Acrocanthosaurus, era que las espinas del primero presentaban una forma de “vela” junto con su propia piel, mientras que en el segundo caso no.

Siguiendo con el tema de las espinas y las vértebras, la función de estas famosas espinas sigue siendo un misterio en la actualidad, mientras que algunos investigadores afirman que pudieron ser útiles para la comunicación entre los Acrocanthosaurus, otros científicos aseguran que sirvieron como almacenamiento de grasa, mientras que un tercer grupo de paleontólogos tiene la certeza de que funcionaron como termorreguladores.

Otro detalle interesante sobre las vértebras, es que las vértebras dorsales y las vértebras cervicales presentaban amplias depresiones denominadas como pleurocelas, justo en la parte lateral, una característica que solamente presentaban los alosáuridos, hasta el momento.

Dejando de lado las vértebras, tan solo por un momento, podemos observar claramente que el Acrocanthosaurus tenía esqueleto bastante similar al de los alosauroides,  contaba con una cola bastante prolongada y que además resultaba ser muy fuerte y útil al momento de balancear su cuerpo, por lo que ayudaba a mantener el equilibrio.

Los brazos del Acrocanthosaurus resultaban ser más cortos de lo pensado en un principio, aunque sí eran muy robustos y poderosos, los cuales contenían además con tres dedos en cada mano, utilizando las garras para diversos fines, recordemos que los brazos del Allosaurus no eran tan cortos ni tan robustos.

El Acrocanthosaurus y las diferencias con el Giganotosaurio

El Acrocanthosaurus cuenta con marcadas diferencias respecto al Giganotosaurio, una de ellas se encuentra ubicada en el maxilar, precisamente en la superficie externa, y rozando lo que conocemos como el hueso nasal, exactamente en la zona superior lateral.

En este lugar encontramos que este dinosaurio contaba con una textura rugosa, lo que lo asemejaba en gran medida al Giganotosaurio; pero la diferencia grande radica en que estos huesos nasales resultaban ser largos, además de que presentaban bordes bastante cortos.

Otra diferencia de gran magnitud eran los dientes curvos que presentaban los Acrocanthosaurus, además de ello tenían como principal cualidad el de ser aserrados, ubicados en los laterales de la mandíbula superior, en la mandíbula inferior aún no tenemos información oficial al respecto.

De modo adicional, los dientes del espécimen estudiado eran mucho más anchos que los dientes que presentaba el Carcharodontosaurus, además estos dientes tampoco presentaban textura rugosa.

¿Sabías qué?...
El Acrocanthosaurus cuenta con una cualidad que lo diferencia en gran medida con el Allosaurus, esta cualidad, como ya lo habrás notado, es la protuberante cresta que yace justo en el lagrimal, un hueso que se ubicaba precisamente al frente de cada uno de los ojos de este espécimen.

Además de ello, nos percatamos de que estos huesos lagrimales, junto con los huesos postorbitales logran formar una especie de arco justo en la zona superior del ojo del animal, esto ocurre de forma similar en los abelisáuridos.

Diferencias entre Giganotosaurus y Acrocanthosaurus

Un hecho interesante es que se encontraron diversas huellas fósiles, o como lo llaman los científicos: icnitas.

Estas huellas fueron halladas dentro de la Formación de Glen Rose, la cual se encuentra situada precisamente en lado céntrico del estado de Texas, además de que se descubrieron otras marcas de dedos de algunos otros terópodos.

De todas estas huellas, existe un grupo muy famoso de icnitas, el cual se halló a orillas de un río denominado Paluxy, precisamente en el reconocido Parque Nacional del Valle del Dinosaurio.

Además de ello, este grupo de icnitas hoy en día se encuentra siendo exhibido en un museo muy valioso para la ciencia: el Museo de Historia Natural (situado dentro de la ciudad de Nueva York – Estados Unidos de América).

Un detalle importante que debemos tener bien en claro es que es un hecho imposible saber a ciencia cierta a que animal pertenecieron las huellas, sin embargo, existen grandes probabilidades de que estas icnitas pertenezcan al dinosaurio que estamos estudiando hoy.

Por otro lado, tenemos un famoso estudio en el que se realizó la labor de comparar las huellas de Glen Rose en el año 2001, sin embargo, a pesar de esa investigación comparativa, no se llegó a determinar si estas huellas pertenecían a algún dinosaurio en particular.

La única forma de poder determinar o acercarnos a la verdad es la de estudiar el tamaño de las huellas, por el cual podemos afirmar que probablemente pertenezcan a un dinosaurio grande como el Acrocanthosaurus.

Teniendo en cuenta ese dato y analizando el lugar en el que se descubrió (cercano a la Formación de Glen Rose), área en la que únicamente vivió un solo dinosaurio grande, podemos decir que en gran probabilidad se trata del Acrocanthosaurus.

Otro dato interesante es que se encontraron huellas de diversos dinosaurios terópodos, además de que también se hallaron icnitas de otros dinosaurios denominados como saurópodos, unas huellas por encima de otras.

Esto es un gran indicador de que en aquel tiempo se realizaban cazas en grupo sobre otro grupo de dinosaurios, en este caso la caza cooperativa la realizaban los Acrocanthosaurus, con el objetivo de conseguir alimento en la carne de los saurópodos.

Pero esta teoría no es concluyente, como todo en esta ciencia, ya que también se han emitido diversas explicaciones sobre la posición de las huellas, explicaciones que basan sus fundamentos en el hecho de que probablemente estas huellas se hayan realizado en diversos momentos y no al mismo tiempo, esto podría derrumbar la teoría explicada en el párrafo anterior.

Sin embargo, otros investigadores afirman que no es así, es decir, defienden la primera teoría de la caza cooperativa, por el hecho de que algunas huellas desaparecen justo en el momento en el que la otra huella le intercepta, lo cual hace evidente el ataque.

Y tú… ¿Qué opinas acerca del AcrocanthosaurusNos interesa en gran medida tu opinión acerca de este enigmático animal, el cual ha causado revuelo en todo el mundo científico y en especial en el mundo de la Paleontología.

Terminamos con un vídeo del Acrocanthosaurus que no te dejará indiferente y que te permitirá imaginar con un poco más de precisión como era este impresionante «lagarto terrible»:

Comentar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *