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Anchisaurus: Un reptil muy «humano»

Nombre: Anchisaurus
Dieta: Herbívora
Peso: 25 kilogramos
Periodo: Jurásico
Encontrado en: América del Norte, África

El género Anchisaurus engloba a un grupo de dinosaurios saurisquios saurópodos de principios del Jurásico, que habitaron nuestro planeta hace aproximadamente 200 millones de años, siendo los primeros saurópodos en poblar la Tierra.

La característica primitiva que poseen estos saurópodos es que eran bípedos y no cuadrúpedos, si bien es cierto que podían alternar entre ambas posiciones.

En los ejemplares de especies más tardías de saurópodos la posición bípeda se advierte más claramente debido a que tienen sus extremidades posteriores más largas que las anteriores.

El nombre Anchisaurus significa literalmente «reptil cercano» debido en parte a que sus primeros fósiles se creyeron parte de un esqueleto humano.

¿Sorprende verdad? Si quieres conocer más acerca de este dinosaurio no dejes de leer, en el siguiente artículo encontrarás una amplia y detallada información acerca del Anchisaurus.

Taxonomía del dinosaurio

Reino  Filo  Clase  Superorden  Orden  Suborden Infraorden  Familia
 Animalia  Chordata  Sauropsida  Dinosauria  Saurischia  Sauropodomorpha  Sauropoda  Anchisauridae

 

  • Este animal prehistórico perteneció al Reino de Animalia.
  • Dentro del Filo de Chordata.
  • El ejemplar se encuentra clasificado dentro de la Clase Sauropsida.
  • Anchisaurus pertenece al Superorden de Dinosauria.
  • El Orden al que pertenece este espécimen es Saurischia.
  • El Suborden de este dinosaurio es Sauropodomorpha.
  • El Infraorden del Anchisaurus es Sauropoda.
  • La Familia en la que se encuentra este dinosaurio es Anchisauridae.

Características del Anchisaurus

Los restos o vestigios de este singular ejemplar fueron en un inicio confundidos con los restos de un ser humano tal y como mencionábamos inicialmente, es decir, el tamaño o la dimensión de los elementos óseos encontrados eran bastante similares a los huesos que nosotros poseemos.

Dicho esto resulta bastante sencillo llegar a la deducción o conclusión de que dichos elementos óseos no pudieron haber sobrepasado los 2 metros de largo, y efectivamente así lo confirmaron un grupo de científicos encargados de su posterior análisis y estudio.

¿Sabías qué?...

Desde el inicio también se llegó a creer que el volumen del animal no sobrepasaba tampoco los 27 kilogramos, no obstante, luego se llegaron a obtener otro grupo de restos que pertenecían a una nueva especie del mismo animal, el cual disfrutaba de mayores dimensiones e incluso se ha llegado a determinar que el tamaño era el doble del espécimen encontrado inicialmente.

Por lo tanto, la nueva especie presentaba una longitud aproximada de 4 metros y su peso era de unos 70 kg de modo aproximado.

Sobre la estructura de su sistema digestivo podemos decir y deducir claramente que este era en realidad un sistema bastante más complejo y complicado de analizar, puesto que el animal basaba su dieta en el consumo vegetal y el proceso para poder transformar ese material era mucho más estructurado.

De hecho se ha llegado a afirmar que los elementos intestinales gozaban de una longitud mucho mayor que los intentos de otros ejemplares considerados como carnívoros e incluso omnívoros.

Esta característica es muy importante y digna de estudiar, debido a que si estos intestinos eran de gran tamaño como se ha llegado a presumir, entonces debían estar situados en la zona frontal de donde se encontraba  la pelvis.

Esto adquiere una gran importancia en el comportamiento del Anchisaurus, ya que el peso de dichos intestinos obligaba al ejemplar a mantenerse en una posición sobre sus cuatro extremidades, y no sobre dos de sus extremidades, no obstante, era capaz de hacerlo, tenía la fuerza de poder mantenerse en dos patas pero no por largo tiempo.

¿Sabías qué?...

Para que esta criatura pudiera mantener el equilibrio, en conclusión, probablemente habría utilizado las cuatro extremidades que poseía, era la única forma de hacerlo, al menos de modo sostenible.

Es por esta razón que otros ejemplares de grandes tamaños también poseían esta característica, y la gran mayoría de estos se sentían mucho más cómodos en una posición en la que utilizaban sus cuatro extremidades, y no solo se postraban en dos, como se creía en un principio.

Este es un detalle bastante revelador sobre el mundo de los dinosaurios, como ejemplo de ello podemos mencionar a un saurópodo denominado bajo el nombre de Diplodocus.

Descripción del Anchisaurus

Este conjunto de ejemplares denominados como Anchisaurus fue en realidad un conjunto bastante exitoso, que llegó a sobrevivir durante mucho tiempo, incluso llegando a desarrollar su existencia durante dos períodos, algo que no siempre ha sucedido con estos animales prehistóricos.

La estructura dental del animal presentaba escasos elementos, y entre los dientes se podían observar una serie de vacíos que no se habían podido divisar hasta el hallazgo de otros ejemplares colocados dentro de los prosaurópodos.

Además de esto, fueron los grandes paleontólogos de nombres Peter Galton, y el prestigioso Michael Cluver, quienes afirmaron de forma fehaciente que era en realidad un animal habitualmente cuadrúpedo, pero conservaba la capacidad de poder erigirse en solo dos extremidades por el hecho de poder alcanzar vegetales en la cima de los árboles.

No obstante, existe otro grupo de paleontólogos que han logrado hallazgos importantes y numerosos, los cuales afirman que esta criatura probablemente haya ingerido también alimento propio del cuerpo de otros dinosaurios de su época.

Esto nos lleva a pensar  que es posible que fuera parcialmente carnívoro, pero esto no se ha podido comprobar aún, no existen suficientes evidencias científicas que avalen este argumento de algún modo o de otro.

Y es que en realidad la estructura de los dientes de este espécimen se encontraba diseñada para extraer y triturar vegetales, tenía la zona mandibular también diseñada para dicha función, era casi imposible que dichas estructuras puedan en algún momento rasgar o romper los tejidos carnosos de otros ejemplares que vivían en su territorio.

No obstante, todavía existe una fuerte controversia en cuanto a ello, así que no debemos adelantarnos a las evidencias y a los estudios científicos recientes.

Por otro lado, los elementos oculares de esta criatura disfrutaban de una dimensión considerable en comparación con el resto del cráneo, pero con el detalle de que no se encontraban situados en las zonas laterales de esta zona, por lo que es probable que este animal no haya necesitado tener un campo de visión amplio para protegerse de los peligros de su entorno.

Dada la poca especialización y la ubicación del globo ocular debemos contemplar la posibilidad de  que incluso este animal no haya sido víctima de ningún depredador en especial.

Las manos situadas en la zona final de las extremidades delanteras del ejemplar tenían la habilidad de cerrarse y abrirse como si se tratase de un instrumento para poder tomar y soltar objetos, por lo que se puede afirmar que dicha estructura era bastante avanzada y sofisticada en comparación con otros especímenes de su tiempo.

Además de ello, en estas manos se podía observar que uno de los dedos era lo más parecido a lo que hoy denominamos como pulgar, por lo que la función que cumplía era bastante útil.

Sobre los pies, los cuales se encontraban en el final de las extremidades de la zona trasera, estos presentaban un total de cinco dedos, cada uno de los cuales tocaban de forma completa el suelo, mientras que los elementos que hoy en día conocemos como tobillos, disfrutaban de una gran resistencia y solidez, algo bastante similar ocurría a todos los ejemplares de aquellos años, los ejemplares más primitivos.

Descubrimiento y estudio del dinosaurio

El hallazgo de este animal fue el primero de todos los dinosaurios que se llegó a efectuar, por lo que se puede afirmar que esta criatura fue la primera que se llegó a conocer, sobre todo en territorio americano, en la parte norte.

La primera estructura ósea que se conoció del Anchisaurus se llegó a encontrar precisamente en el siglo XIX, dos años antes de entrar en la década de 1820, aunque los científicos de aquella época llegaron a creer con mucha seguridad de que se trataba en realidad de una estructura ósea perteneciente a un hombre.

No obstante, se necesitaron más de 30 años para que esa clasificación pudiera volver a ser revisada y se llegara a la verdad: era un dinosaurio. Esta necesaria corrección científica tuvo lugar en 1855.

Luego de ya iniciada la década de 1860, otro científico se encargó de realizar otro importante hallazgo de numerosos vestigios, un reconocido investigador llamado Edward Hitchcock, el cual además le brindó a esta estructura ósea la denominación de Megadactylus.

A pesar de ello, casi 20 años después, otro investigador logró encontrar otro conjunto de restos y en seguida se propuso cambiar dicha denominación por la de Anchisaurus, este afamado investigador fue Charles Marsh.

Lo curioso de ello es que en los inicios de los hallazgos, en los primeros años de estudio, Marsh no mostraba ningún tipo de desacuerdo con la denominación que había sido colocada por el científico Hitchcock, no obstante, al cabo de un tiempo logró darse cuenta del gran error que este había cometido.

Este error era el de estar utilizando un nombre que no se encontraba disponible, por lo que precisamente en 1885, el cambio de denominación fue llevado a cabo.

Historia sobre el Anchisaurus

¿Sabías qué?...

Numerosos grupos de restos se han encontrado en todo nuestro planeta, desde el continente africano hasta el continente americano, por lo que cierto grupo de científicos han aprovechado la ocasión para traer de nuevo a colación la teoría del gran continente, aquel que lleva por nombre Pangea, debido a que además de ello también se habían logrado hallar vestigios en el continente asiático.

Por cierto, tenemos que dejar en claro que muchos de los hallazgos realizados de forma reciente no han sido considerados como válidos hasta la actualidad, por lo que no debemos confundir este tipo de detalles.

La especie que el propio Marsh estudió y reseñó en diversas de sus publicaciones oficiales, se le denominó bajo el nombre de Anchisaurus major, dicha especie fue validada por toda la comunidad científica.

Esta validación no llegó a suceder con otra especie denominada oficialmente como Anchisaurus colurus, la cual fue estudiada y reseñada justo un año después de iniciada la década de 1890, y en la actualidad se le considera a este ejemplar como la hembra de otra especie denominada bajo el nombre oficial de Anchisaurus polyzelus.

De la misma forma, la especie que recibió el nombre de Anchisaurus solus  en 1892, fue estudiada otra vez de forma más pausada y se le consideró como la misma especie mencionada al principio, la denominada Anchisaurus major.

Adicionalmente hace su aparición otro renombrado paleontólogo, Robert Broom, quien ya en 1911, se tomó el trabajo de realizar la reseña de una nueva especie, a la cual colocó la denominación oficial de Gyposaurus capensis, en base a unos restos que fueron hallados en el continente africano, exactamente en la zona sureña de aquel.

No obstante, dicha denominación oficial no iba a durar por mucho tiempo, ya que nuevamente Peter Malcolm, un reconocido investigador, le bautizó de nuevo bajo el nombre oficial de Anchisaurus capensis, luego de más de 60 años, en 1976.

Se ha llegado a confirmar también la noticia de que la estructura ósea del dinosaurio protagonista de este artículo nunca se llegó a completar, a pesar del gran número de vestigios hallados, por lo que las reconstrucciones en realidad fueron completadas gracias a la comparación que se le hace a este ejemplar con otras criaturas que resultan ser parientes directo del individuo.

Hasta la actualidad se ha llegado a comprobar que este presentaba la zona del cuello con un forma bastante prolongada, de igual forma su cola, la cual gozaba de un tamaño similar.

Un detalle que también presentaban otros ejemplares conocidos como prosaurópodos, por lo que luego con el paso del tiempo, se llegó a confirmar que este ejemplar era el saurópodo más antiguo que hemos llegado a conocer.

Otros datos de interés sobre el Anchisaurus

En primer lugar debemos tener bastante claro que los ejemplares colocados dentro de los prosaurópodos resultan ser en realidad los ancestros directos de otros animales que se encuentran colocados bajo la denominación de saurópodos.

Por este hecho se consideró al misterioso Anchisaurus como un prosaurópodo, cuando recién se llegó a descubrir el conjunto de restos pertenecientes a este animal.

¿Sabías qué?...

No obstante, luego se llegaron a aclarar una serie de detalles sobre estos grupos y finalmente fue colocado dentro de los ejemplares conocidos como saurópodos, siendo el propio Anchisaurus uno de los ejemplares más antiguos de este conjunto, un detalle que es digno de recordar.

Este artículo termina aquí y para despedirnos te dejamos con un interesante vídeo acerca del Anchisaurus para que lo disfrutes y puedas aprender más acerca de este dinosaurio:

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