El género Pteranodon es uno de los géneros más famosos, a nivel científico y social, y fue un género de reptiles voladores, no de dinosaurios. El género Pteranodon engloba a una gran cantidad de especies, muchas d eellas se conocen solamente por partes parciales del cuerpo como falanges del ala, porciones del pico o la mandíbula…
Este reptil volador vivió hace aproximadamente 75 millones de años, a finales del Cretácico. El nombre Pteranodon significa «ala sin dientes», y es que fue un reptil volador de gran envergadura con un cráneo óseo muy duro pero sin dientes, como pasa en las aves actuales.
Hoy te traemos una de las criaturas voladoras más fascinantes que se conocen. De hecho, el animal que uno se imagina cuando se habla de dinosaurios voladores no es otro que Pteranodon, pero debemos recalcar que no es un dinosaurio.
Pero, ¿sabrías decir cuánto medía o qué comía o cómo era capaz de volar? No te preocupes que para eso estamos nosotros. Agárrate que despegamos a lomos del rey de los cielos.
La familia: pterosaurio pteranodóntido
¿Ya empezamos con términos complejos? Parece que cuando hablamos de la familia de los dinosaurios (o cercanos, como es el caso) estuviésemos hablando en otro idioma. No te preocupes, te explico cada término.
El primer apellido: pterosaurio. La traducción literal es «lagarto volador». Son el primer grupo de vertebrados que surcaron el aire.
Segundo apellido: pteranodóntico. Este término se refiere a un grupo de pterosaurios (especialmente grandes) y que vivieron a finales del período Cretácico. Esta etapa es la última antes de que un enorme meteorito borrase todo lo habido y por haber de la faz de la Tierra.
Antes de seguir, hay que abrir una enorme pregunta:
¿Cuál es la diferencia entre los pteranodones y los pterodáctilos?
Dicho de manera sencilla podríamos decir que los pterodáctilos (conocido científicamente bajo el nombre de Pterodactylus) son los primos lejanos del Pteranodon. Son parecidos ya que ambos son unas criaturas voladoras alucinantes, pero la realidad es que presentan bastantes diferencias.
Vamos a verlo en una tabla.
Pteranodon | Pterodactylus |
---|---|
Dónde vivieron | |
Norteamérica | Europa y África |
Cuándo vivieron | |
Cretácico | Jurásico |
Tamaño | |
De media, unos 6 metros de ala a ala | De media, unos 2 metros de ala a ala |
El Pteranodon no tiene dientes mientras que los pterodáctilos sí
Como ves, el nombre se parece, pero coincidencias pocas. Aunque sin duda, la más destacada es el tamaño de nuestro amigo, con seis metros de tamaño. Wow.
¿Era un dinosaurio volador o no?
Aunque sea uno de los dinosaurios voladores más famosos, la realidad es que no era un dinosaurio. Ojo, sí convivió con ellos durante mucho tiempo, pero no tenían nada que ver los unos con los otros.
Entonces, si no es un dinosaurio volador, ¿qué es el Pteranodon?
Como te decía antes, los pterosaurios son saurópsidos arcosaurios. Como me imagino que te habrás quedado igual, desempolvamos los libros de naturales:
Clase rápida sobre el origen de los dinosaurios: ¿Quién eran los saurópsidos?
Tenemos que retroceder a los orígenes de los orígenes. En concreto hasta la evolución de los primeros reptiles (vamos, hasta el principio del todo). Los reptiles consiguen salir del agua y adaptarse a la tierra gracias a un huevo: el huevo amniótico.
Este huevo les permite reproducirse en la tierra porque dentro de sí reproduce las condiciones de humedad necesarias. Los amniotas acaban de llegar al mundo.
Es en este momento cuando surge la primera división importante. Los amniotas evolucionan en dos clases: los saurópsidos y los sinápsidos (por ejemplo, el Dimetrodon era un sinápsido).
Nosotros seguimos la rama de los saurópsidos que se volverán a dividir hasta llegar a la Archosauria, de donde salen tres líneas más: cocodrilos, dinosaurios y pterosaurios.
Por tanto, los pterosaurios no eran dinosaurios, sino parientes de los dinosaurios.
Vamos ahora ya con el Pteranodon en concreto.
Taxonomía
Reino | División | Clase | Orden | Suborden | Familia | |
Animalia | Chordata | Saurópsida | Pterosauria | Pterodactyloidea | Pteranodontidae |
REINO Animalia
FILO Chordata
CLASE Sauropsida (aquí ya nos separamos de la línea que seguirían los dinosaurios)
SUPERORDEN: Archosauria
ORDEN Pterosauria
SUBORDEN Pterodactyloidea
SUPERFAMILIA Ornithocheiroidea
FAMILIA Pteranodontidae
GÉNERO Pteranodon
ESPECIES
P.longiceps
P.sternbergi
Especies de Pteranodon: el P.longiceps y el P.sternbergi
Casi siempre que unes las palabras «especies», «dinosaurios» y «paleontología» hay follón. Cada uno llama a las cosas de una manera distinta.
Te cuento.
Reconocidas como especies del Pteranodon solo hay dos: el P. longiceps y el P. sternbergi.
La verdad es que no hay mucha diferencia entre las dos. Una variación en la posición de la cresta que tienen encima de la cabeza y algunos huesos. No obstante, el P. sternbergi es anterior al P. longiceps, se le podría considerar un antepasado de este.
¿Por qué hay problemas a la hora de denominar a las especies?
La confusión surge cuando un paleontólogo no está de acuerdo con la clasificación realizada por otra persona y establece una nueva. De ahí que aunque ya se han establecido estas dos especies, en el tiempo se han oído nombre como los siguientes.
- P. ingens.
- P. umbrosus.
- P. harpyia.
- P. occidentalis.
Como no te quiero aburrir con montones de denominaciones lo dejamos aquí.
Lo único importante es que tengas claro que si alguna vez escuchas el nombre del Pteranodon unido a otra denominación que no sean las dos reconocidas, el motivo es el que te acabamos de explicar.
¿Qué significa el nombre de Pteranodon?
El nombre de este pterosaurio, de forma literal, significa: «alado desdentado«. Y es que nuestro amigo volador carecía de dientes.
Para que no te quedes con la curiosidad (que nos conocemos) te explico también el significado del nombre del Pterodactylus: «dedo alado«.
¿Quién descubrió a este pterosaurio?
Al desempolvar la historia de este pterosaurio vas a comprobar de nuevo que a la hora de denominar los fósiles cada uno iba por su cuenta. Por suerte, en la actualidad hay organismos que regulan toda la nomenclatura.
El primer resto de Pteranodon fue encontrado por Othniel Charles Marsh (uno de los grandes paleontólogos de la historia) en 1870. Eran los restos de un ala y un diente (éste pertenecía a otro animal, pero Marsh creyó que pertenecía al mismo).
Un año después, denominaría a estos fósiles Pterodactytus oweni (como ves, la confusión con los pterodáctilos viene de lejos). Sin embargo, esa denominación ya había sido usada por lo que renombraría los fósiles con el nombre de: Pterodactylus occidentalis.
Sería el propio Marsh el que también aportaría las denominaciones de Pterodactylus ingens y Pterodactlyus velox. En este caso, creyó que eran diferentes especies por la diferencia en el tamaño que existía.
¿Te acuerdas de la Guerra de los huesos?
No, los dinosaurios no se lanzaban huesos los unos a los otros. Alguna vez, en otros posts he hecho referencia a esta situación histórica en el mundo de la Paleontología.
Se denominó «Guerra de los huesos» a la rivalidad que existió entre los dos paleontólogos, Othniel Charles Marsh y Edward Drinker Cope. Ambos se retaron a ver cuál era el que hallaba más especies nuevas de dinosaurios.
Fíjate hasta que punto llegó el «pique» que entre Cope y Marsh se consiguieron descubrir más de 140 especies. Ahí es nada.
El problema radicó en que los dos utilizaban métodos deshonestos e ilícitos en algunos casos para conseguir más fósiles. No faltaron robos, sobornos, mentiras y diversas trifulcas.
Tampoco dudaron en intentar desvirtuar y humillar al otro de forma pública.
Como te puedes imaginar, nuestro amigo volador también se vio también inmerso en la guerra de los huesos.
En esos años, finales del siglo XIX, tanto Marsh como Cope habían desenterrado varios restos de pterosaurios.
Cuando Cope descubrió estos dos fósiles, en vez de clasificarlos como pterodáctilos, los nombró Ornithochirus umbrosus y Ornithochirus harpyia (así se podía apuntar un tanto más).
Cada uno estaba empleando un nombre distinto para la misma especie.
Esto abría de nuevo la batalla entre Marsh y Cope. El conflicto fue tan fuerte que llegó hasta a escribirse acerca de él. Al final, sería el nombre de Marsh el que prevalecería ya que se había registrado antes.
¿Recuerdas el diente que Marsh había identificado mal?
Ese diente hizo que todos los fósiles, tanto los de los Pterodactylus como los de Pteranodon, que se había encontrado los hubiesen asignado a la misma especie. Todo el mundo pensaba que nuestro amigo volador tenía dientes.
Sería a los pocos años cuando el propio de Marsh descubría dos cráneos. Esto hizo que se diesen cuenta que esta criatura voladora no tenía dientes; por tanto, no podía ser un Pterodáctilo. En 1876, Marsh bautizaba al Pteranodon.
Dónde y cuándo vivió el Pteranodon
Nuestro «dinosaurio» volador (ya hemos visto que los pterosaurios no son dinosaurios) vivió en el Cretácico.
Si sacamos nuestra regla del tiempo vemos que el Cretácico es la última etapa de la era Mesozoica. Y la era Mesozoica fue el período donde vivían los… … ¡los dinosaurios! Claro, los pterosaurios coexistieron con el T.rex y demás amigos de faena.
El Cretácico duró unos 80 millones de años y acabó con el impacto del meteorito. Comenzaba la era Cenozoica.
En cuanto al dónde, el Pteranodon vivió principalmente en la zona de Norteamérica. Aunque claro; en el Cretácico, no lucía de la misma manera. La amplia mayoría de lo que ahora son los Estados Unidos estaban bajo el agua.
Con un Pteranodon de Origami. 🙂
Cómo era este pteranosaurio : características
Ahora ya sí, vamos con nuestra radiografía milimétrica sobre cómo era el Pteranodon. Aunque a rasgos generales podríamos describir su aspecto físico de la siguiente manera:
- Un cuerpo alargado y estrecho.
- Dos patas chiquititas.
- Un cola muy corta.
- Dos poderosa alas sustentadas por los dos brazos.
- Una cuestión muy curiosa en que los brazos solo llegaban hasta la mitad de lo que medía el ala. El brazo terminaba en una «mano» con cuatro dedos. Mientras sobresalían por fuera del ala, el cuarto era muy largo. Tan largo como que era el que sustentaba el resto del ala.
- Pico largo y estrecho.
- Su cabeza estaba rematada por una inmensa cresta.
- Tenía unos ojos grandes. Se cree que su sentido de la vista estaba bastante desarrollado.
Cuánto medía nuestro «dinosaurio volador»
A esta especie se la puede dividir en dos grupos por su tamaño.
Los más pequeños (las hembras) tenían unas crestas más pequeñas, en cambio su pelvis sí que era más grande. De hecho, es el tamaño de la pelvis (era más grande para poder poner huevos) lo que ayudó a determinar que estos pteranodones no eran un nueva especie, sino hembras.
La diferencia de tamaño entre los machos y las hembra era importante. De media, de una punta del ala a otra, un macho llegaba a medir 6 metros. No obstante, el espécimen más grande llegó a medir más de 7 metros. En cambio, las hembras no solían llegar a los 4 metros.
El Pteranodon era el pterosaurio más grande conocido. Sin embargo, todo cambiaría en 1975, momento en el que se descubrieron a los azdárquidos (Familia Azhdarchidae). Lo más seguro es que ese nombre no te suene de nada, pero si te menciono al Quetzalcoatlus seguro que te suena más (este pterosaurio llegó a medir 12 metros).
¿Y cuánto llegó a pesar?
No hay conformidad en este punto. Se han realizado estimaciones de lo más diversas y se han dado cifras tan dispares como 20 ó 90 kilos.
La realidad es que en un estudio muy reciente (2010) se afirmaba que todas las investigaciones anteriores para estimar el peso del Pteranodon se basaban en parámetros incorrectos.
¿Cómo eran sus alas?
Sus alas eran como gigantescas membranas compuestas de músculos. Una buena manera de imaginarlas es pensar en las alas de un murciélago.
Además de recorrer el brazo y ese dedo extralargo, las alas eran como una gran capa que le llegaba hasta las patas.
¿Cómo un ser tan grande volaba?
En un artículo, el Museo Americano de Historia Natural explica que los pteranodones desarrollaron una estructura aerodinámica propia.
Esta especie fue evolucionando de forma que sus brazos y dedo se alargaron para sustentar las alas. Es lo mismo que puedes ver en los mástiles de los barcos. Las maderas mantienen las velas para que estas puedan tensarse con el viento.
Además, el Museo también afirma que son los únicos vertebrados, junto con los pájaros y los murciélagos, que son capaces de volar agitando sus alas. El resto de animales lo que hacen es deslizarse a través del aire.
Otra curiosidad viene de sus huesos. Para que un Pteranodon pudiese despegar necesitaría unos huesos fuertes y gruesos para impulsarse. Pero unos huesos así le habrían hecho más pesado.
¿Cuál era la solución?
Los huesos eran huecos por dentro y no tenían un grosor mayor al de una carta de naipes. Solo en los extremos estaban reforzados.
En la app (es gratuita) vas a poder ver distintas especies de pterosaurios y sus características más relevantes.
La última cuestión sobre sus alas está muy de moda, ya que los últimos descubrimientos en relación a los dinosaurios apuntan a que algunas sí las tenían. Me estoy refiriendo a las plumas.
¿Tenían los pterosaurios plumas en sus alas?
Pues no, en este caso no. Sus alas eran por completo membranosas, por eso te mencionaba antes que te imaginases antes a un murciélago.
¿Podían tener las alas del Pteranodon alguna otra función?
Podría ser que sí. Sus alas eran tan largas que se cree que podría doblarlas y apoyarse en el suelo con ellas. Sería como si caminase apoyándose también con los codos, en posición cuadrúpeda.
Además de caminar por la tierra, este sistema también podría ayudarle a tomar impulso para despegar.
Wow.
La cresta de lo pteranosaurios
Una de las cuestiones más distintivas del Pteranodon era su cresta. No obstante, empecemos por el cráneo y su pico.
Como vimos antes, su cabeza estaba rematada por un enorme pico. Un enorme pico desdentado (olvídate de Jurasic Park).
Su pico era muy alargado, estrecho y terminado en punta. El motivo de esta forma es que se cree que así podía pescar mejor. En esto, también tenía la suerte de contar con un gran sentido de la vista.
Ahora ya sí, vamos a la cresta.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que las crestas no eran iguales para todos los ejemplares.
La cresta variaba según la especie, el género y la edad.
Por ejemplo, el P. sternbergi tenía una cresta más vertical y como si fuese un tupé se alzaba hacia delante. En cuanto al género, las hembras tenían sus crestas más redondeadas y eran más pequeñas
La realidad es que no se sabe con certeza qué función podía tener la cresta. Hay múltiples teorías circulando.
Se cree que podía servir como timón para volar, un freno en el aire o un contrapeso para el pico. Sin embargo, ninguna de estas premisas ha resultado certera para la amplia variedad de crestas que existían.
Mientras que para un Pteranodon de tamaño mediano la cresta podía servir de contrapeso para el pico, en las hembras o en los ejemplares más grandes esta hipótesis no se cumpliría. Este misma objeción sufrió la teoría acerca del timón, en las hembras y en los P. sternbergi era imposible que la cresta ejerciese esa función.
A día de hoy, la opinión que puede tener más fundamento es la que se enfoca a creer que la cresta de los Pteranodon servía como reclamo sexual.
Comportamiento de este pterosaurio: estilo de vida
Una de las cuestiones que más nos intrigan a todos es cómo vivían los dinosaurios. Cómo era realmente su día a día.
¿Quieres ver como este gigantesco animal volador vivía?
Vamos a ello.
Qué comía este pterosaurio
Nuestro «dinosaurio volador» era carnívoro. El alimento central en su dieta eran los peces. Como mencioné antes, su largo pico y su buena vista eran dos armas estupendas de cara a pescar en los ríos.
Pero, ¿cómo pescaba el Pteranodon?
De forma general se le ha representado planeando por encima del agua e introduciendo solo el pico cuando viese un pez. Ahora se cree que podía llegar a introducirse totalmente en el agua. No solo eso, se cree que podía zambullirse en picado en el agua tal y como hacen algunas aves modernas.
Cómo era su estilo de vida
No estamos ante una criatura que surcaba los cielos solitaria. Al contrario, al parecer eran bastantes sociables y solían vivir en grupos.
Podemos saber esto porque cuando se hallaban fósiles lo normal era encontrar varios ejemplares distintos.
Otra cuestión muy particular es que eran polígamos. Se cree que los machos competían entre sí para poder tener acceso a los grupos de hembras. En algunos casos, algunos ejemplares no llegaban nunca a aparearse ante la elevada competitividad que existía.
Pteranodon vs Quetzalcoatlus
La realidad es que una lucha entre estos dos pterosaurios podría haberse dado ya que ambos coexistieron en el periodo Cretácico. El Quetzalcoatlus al igual que el Pteranodon se alimentaban de forma mayoritario de peces, aunque también, ocasionalmente de pequeños vertebrados.
No parece probable que ninguno de los dos se expusiese a una pelea contra el otro. Aunque el Pteranodon era más pequeño que el Quetzalcoatlus, era lo suficientemente grande como para plantearle una encarnizada batalla.
No obstante, ¿quieres saber quién ganaría? Te dejamos un vídeo
https://www.youtube.com/watch?v=oZT2NGBWCA0
Y para acabar nuestro artículo sobre esta criatura fascinante, te planteo una última pregunta:
¿Y si esta criatura todavía existiese?
Te traigo ante ti el misterio del Pteranodon.
Hace ya tiempo que circulan por internet unas fotos donde se puede ver a un pterosaurio capturado por varios soldados durante la Guerra Civil americana. En teoría, esta fotografía fue tomada en la ciudad de Vicksburg en 1864.
Sin duda, la más llamativa es la última en la que se puede ver tirado en el suelo al Pteranodon y a varios soldados a su alrededor.
A lo largo de la historia, no han dejado de surgir distintas hipótesis sobre si algunos de estos «dinosaurios» voladores podrían seguir existiendo. Aunque en algunos casos surgen personas sugiriendo cuestiones ridículas (como confundir un pelícano con un pterosaurio), hay muchas personas que juran y perjuran que en algunas zonas aisladas todavía existen.
¿Qué te ha parecido nuestro amigo pterosaurio?
Para mí esta criatura es una de las más alucinantes que existieron.
Te imaginas lo increíble que sería poder ver a uno zambullirse en picado en el agua, y a los segundos, cuando ya parecía que no iba a salir más, el Pteranodon surgiría de nuevo volando hacia el cielo.
Eso sí, siempre con un enorme pescado en el pico 🙂
¿Te ha gustado este artículo? ¿Te has quedado con ganas de más? Lamentablemente tenemos que despedirnos aquí, aunque como bonus te dejamos con un vídeo del Pteranodon con mucha más información:
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