Por ser herbívoro, podemos pensar que los Diplodocus eran mansos y piezas fáciles para cualquier depredador. Nada más lejos de la realidad.
Este dinosaurio es famoso por ser el de mayor longitud de los que se conservan esqueletos enteros. Se estima que uno de los especímenes más grandes pudo llegar a medir más de 30 metros (más que una cancha de baloncesto).
No obstante, en el post verás cómo hay otros candidatos pujando por ese puesto (Guerra de Huesos incluida por el medio).
Pero la leyenda de los Diplodocus va mucho más allá. Aunque todavía muchos que no se creen que este enorme Saurópodo pudiese vencer a todo un depredador como el Allosaurus, la historia es cierta. El Diplodocus tenía un arma mortífera en su poder: una cola supersónica.
¿Te suena imposible lo que te estoy diciendo? Sigue leyendo; y luego, me cuentas.
La familia: los saurópodos diplócidos
Si un Diplodocus pudiese sentarse con nosotros y contarnos su historia, es posible que empezase explicando cuáles son sus orígenes. La familia de este dinosaurio son los saurópodos diplodócidos
El término saurópodo se refiere a dinosaurios de enormes proporciones que destacaban por sus largos cuellos y colas. A su vez, los diplócidos son una rama de los saurópodos cuya característica principal es su interminable cola.
Si buscásemos hermanos para nuestro Diplodocus , podrían ser los Barosaurus, Kaatedocus, Leinkupa, Supesaurus y Tornieria.
Reino | División | Clase | Orden | Suborden | Infraorden | Familia |
Animalia | Chordata | Sauropsida | Saurischia | Sauropodomorpha | Sauropoda | Diplodocidae |
TAXONOMÍA | |||||
Reino Animalia | |||||
Filo Chordata | |||||
Clase Sauropsida | |||||
Superorden Dinosauria | |||||
Orden Saurischia | |||||
Suborden Sauropodomorpha | |||||
Infraorden Sauropoda | |||||
Superfamilia Diplodocoidea | |||||
Familia Diplodocidae | |||||
Subfamilia Diplodocinae | |||||
Diplodocus, | Barosuarus | Kaatedocus | Leinkupa, | Supersaurus | Tornieria |
Especies de Diplodocus | |||||
D. longus | D. carnegiei | D. hallorum |
El Diplodocus longus es el prototipo de esta especie (el ejemplar en que todos pensamos cuando nombramos a este dinosaurio). Todos sus restos provienen de la Formación Morrison de Colorado y Utah.
En cambio, los Diplodocus carnegiei vivieron en Pensilvania. De hecho, puedes encontrar un esqueleto entero de este saurópodo en el Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburgh. Se considera que de las tres especies esta era la más pequeña.
La tercera especie, el Diplodocus hallorum, sería la más grande de las tres. No obstante, se especula que no sea una especie en sí misma, sino la misma D. longus pero más grande.
Se podría decir que la familia de los Diplodocinae es algo controvertida ya que han existido varios hermanos «ilegítimos».
Hasta el año 2015, se consideraba que había una cuarta especie: Diplodocus hayi. En ese año, se comprueba que hay las suficientes diferencias como para denominarlo un género distinto. El Diplodocus hayi pasó a ser el Galeamopus.
No fue el único caso. También existían dudas acerca de otra cuarta especie conocida como Diplodocus lacustris. El origen de esta cuarta rama viene de un espécimen encontrado en El Colorado. Tras diversos estudios, se cree que lo más probable es que se trate de un ejemplar poco evolucionado.
Dónde y cuándo vivió este saurópodo
Los Diplodocus vivieron a finales del periodo Jurásico, hace unos 150 millones de años.
El meteorito que acabaría con la vida de todos los dinosaurios y con la era Mesozoica cayó hace 65 millones de años. Por tanto, podemos decir que los dinosaurios vivieron en La Tierra unos 185 millones de años.
Su vida transcurrió en Norteamérica. La amplia mayoría de restos de Diplodocus (y de otros muchos dinosaurios) se han encontrado en la Formación Morrison. También en zonas como Colorado, en Utah, Montana y Wyoming.
La Formación Morrison es una extensión de tierra de un millón y medio de kilómetros cuadrados. Abarca desde Nuevo México, hasta Canadá y en el oeste, hasta Nebraska.
Se trata del mejor yacimiento geológico de Norteamérica. Desde 1877, se han encontrado en ella restos de Apatosaurus, Brontosaurus, Brachisaurus, Stegosaurus o Allosaurus, y como no, también de Diplodocus. Los Diplodocus no son tan famosos como otros dinosaurios, pero sí son uno de los que más conocemos.
En parte, gracias a todos los fósiles que se hallaron en la Formación Morrison.
¿Quién descubrió a este saurópodo?
Su nombre se lo da Othniel Charles Marsh en 1878. Si lo traducimos literalmente, viene a decir «doble viga» o «doble viga larga». Esta denominación se da por la forma de viga de los huesos en la zona inferior de la cola.
Se cree que podían ser así, para proteger a los vasos sanguíneos de ser aplastados cuando el dinosaurio apoyase la cola.
Como hemos mencionado, se han encontrado numerosos restos de este saurópodo, aunque es curioso que el hueso que menos se ha encontrado sea el cráneo.
Cómo era el Diplodocus: características
Los Diplodócidos eran animales cuadrúpedos. Sus patas eran cortas y robustas. Las patas delanteras eran un poco más cortas que las traseras, esto hacía que su silueta pareciese muy horizontal.
Su principal característica era su enorme cuello y cola, esta última en forma de látigo. Estas dos extremidades son las que le hace tener el honor de ser el dinosaurio más largo que se conoce. Aquí tendríamos que añadir la «coletilla» del que se tiene un esqueleto entero.
Como comentamos antes, es probable que el Supersaurus fuese más largo que él.
Sin embargo, el tamaño de nuestro amigo el Diplodocus no es para nada desdeñable. Se cree que podría haber llegado a medir unos 32 metros de largo (más que una cancha de baloncesto). Su altura media era de siete metros.
Pero vamos a darte algún detalle más concreto de la fisonomía de este dinosaurio.
Su cuello constaba, por lo menos, con 15 vértebras. La extrema longitud del cuello hace pensar que le resultase muy pesado levantar la cabeza del todo. Se cree que siempre tenía el cuello en horizontal, nunca más alto de unos 30 grados.
Pero si 15 vértebras te parecen muchas, te diré que en su cola tenía 80. Más o menos, el doble que cualquier otro saurópodo.
Curioso es el tema del peso, ya que podemos decir que el Diplodocus era todo un peso pluma dentro de los dinosaurios. Su peso oscilaba entre las 10 y 16 toneladas. Muy poco para el tamaño de esta criatura y para lo que llegaron a pesar otros saurópodos.
Los dientes del Diplodocus son peculiares y diferentes a los otros diplodócidos. Estaban colocados hacia fuera (como si no tuviese labios) y acababan en punta. Para que te puedas hacer una idea, su mandíbula serían como dos peines enfrentados en vertical.
Como te podrás imaginar, para llenar el estómago de un dinosaurio de ese tamaño se necesitan muchas hojas y plantas. Tal cantidad de comida hacía que sus dientes se desgastasen como mucha facilidad. Es increíble pero tenían la capacidad de reemplazar sus dientes.
Más o menos, lo hacían cada mes.
Otra cuestión curiosa relacionada a su cabeza era el que durante mucho tiempo se creyó que tenía una trompa. Su cabeza era alargada y se pensaba que no tenía nariz, sino trompa. Esta creencia viene de la posición que tenían los orificios nasales, no obstante, ya está descartada. Ahora se mantiene que tenía un hocico.
La forma de sus pezuñas delanteras también es especial. Aunque acababan en forma de herradura, tenía un «dedo» a modo de garra.
No se sabe muy bien qué función tenía esta garra, aunque se cree que podía usarlo para escarbar.
El primero presenta muchas similitudes con el Diplodocus. De hecho, hay científicos que han postulado que podrían ser el mismo; en cambio, otros mantienen que son géneros distintos, siendo el Amphicoelias algo mayor.
Pero quien presenta su firme candidatura como dinosaurio más largo es la segunda especie: el Amphilocoelias fragillimus. De este saurópodo se encontró una vértebra y un fémur (el hueso más largo de una pierna). Se especula que podría haber llegado a medir unos 60 metros de largo.
¿Por qué uso el verbo especular?
El problema reside en que ambos huesos desaparecieron. Fueron enviados en tren hacia un museo de Nueva York, pero nunca llegarían.
Aquí en donde abrimos un nuevo apartado para describir un apartado de la historia de la Paleontología: la guerra de los huesos.
Los restos del Amphilocoelias fragillimus fueron hallados a finales del siglo XIX por Cope, uno de los paleontólogos más importantes de la época. De aquella, Cope estaba enfrentado con otro científico (Marsh) en ver quién de los dos era capaz de descubrir más fósiles y especies.
Pero la guerra, por lo que se cuenta, no fue muy limpia. Por lo que se ve, se emplearon tácticas como sobornos, robos o chantajes… Tal era el clima de desconfianza que se plantea si Marsh no pudiese estar detrás de que esos maravillosos restos desapareciesen.
¿Era el Amphilocoelias fragillimus el dinosaurio más largo de la historia?
Por desgracia, a día de hoy todavía no conocemos la respuesta; y quizás, nunca la sabremos.
Qué come el Diplodocus
Los Diplodocus eran herbívoros, se alimentaban de plantas y hojas.
Aunque lo más curioso es cómo comía. Al parecer, con una parte del hocico arrancaba las hojas de los árboles, mientras que con la otra masticaba. Hay científicos que afirman que esto justificaría la colocación de los ojos. Como dijimos su cabeza era alargada, los ojos se colocaban en la parte de atrás. Así podría ver mejor mientras ladeaba la cabeza.
Otro «truco» con el que contaba este saurópodo era con la función trípode. Si no podía llegar a las ramas altas (recuerda que comentamos que es probable que no pudiese levantar mucho el cuello) era capaz de apoyarse en sus dos patas traseras y ponerse en posición bípeda.
¿Te preguntas cómo lo conseguía?
Nuestro Diplodocus usaba su enorme cola para conseguir un tercer apoyo. De ahí el nombre a la función «trípode».
También se cree que podía sumergir su cuello en el agua y así comer plantas acuáticas.
Una dieta basada en hojas y plantas debía ser difícil de digerir, ya que este dinosaurio, como otros, comía piedras (gastrolitos) para poder hacer una mejor digestión.
Reproducción y crecimiento del saurópodo
No se conoce a ciencia cierta si los Diplodocus tenían sitios de anidamiento. O lo que es lo mismo, un lugar seguro donde poder dejar sus huevo, sin tener miedo a que otros animales los puedan alcanzar.
No obstante, otro saurópodo como es el Saltasaurus sí los tenía, por lo que no sería de extrañar que nuestro largo diplodócido también los tuviese. Se cree que los depositaban en hoyos que luego cubrían con maleza.
Es probable que los Diplodocus utilizasen las zonas más frondosas de los bosques como sitio de anidamiento, ya que se ha afirmado que las crías vivían en el bosque hasta que crecían lo suficiente.
El crecimiento de los diplodócidos era muy rápido. En diez años alcanzaban la madurez sexual y no dejaban de crecer hasta que morían. Esta hipótesis es opuesta a la que se manejó durante mucho tiempo, en ella se mantenía que su crecimiento era muy, muy lento.
Diplodocus vs Allosaurus
El Allosaurus era un depredador temible y el mayor enemigo de los Diplodocus. Este depredador medía unos nueve metros de alto y solía atacar a sus presas por emboscada.
Lo hacía en emboscada porque no hay que olvidar que estamos hablando de uno de los dinosaurios más largos.
Si planteamos un hipotético ataque de uno contra uno, hay bastantes posibilidades de que el Allosaurus cayese derrotado. Y es que por mucha garra y diente serrados que tuviese este depredador, el Diplodocus tenía un as en la manga: su cola asesina.
Aunque de primeras te resulte increíble, la cola del Diplodocus era mortífera.
Por un lado, podía usarla como látigo. No olvides que con ese tamaño de cola, si el Diplodocus se impulsaba para coger fuerza, el latigazo que soltase podía ser mortal.
Pero lo más sorprendente viene ahora.
Seguro que has oído alguna vez restallar un látigo. Se trata de un sonido muy fuerte y muy lacerante, pues el Diplodocus podía hacer lo mismo con su cola.
No solo era capaz de hacerla restallar como un látigo, sino que alcanzaba una velocidad de más de 1200 km/hora. ¡Emitía un sonido que superaba la velocidad del sonido!
Podía usar el atronado sonido para asustar a sus enemigos, pero se cree que con esos restallidos podía llegar a romper los tímpanos de sus adversarios.
El Diplodocus podría haber vencido al Allosaurus sin ni siquiera tener que tocarle.
A principios del 2015 empezó la batalla, aunque no en tierra abierta, sino en el Museo de Historia Natural de Londres.
Durante unos 35 años, el esqueleto de un Diplodocus (apodado de forma cariñosa Dippy) ha salvaguardado la entrada del museo. Sin embargo, para el 2017, el museo ha decidido prescindir de los servicios de Dippy y poner en su lugar el esqueleto de una ballena azul (animal impresionante también).
Las redes sociales no tardaron en movilizarse. En Twitter se creó el hashtag #SaveDippy para conseguir que el museo no retirase al Diplodocus.
El Diplodocus carnegii en España
¿Ha habido dinosauros como el Diplodocus en la península Ibérica?
No, como te explicaba al principio, estos saurópodos solo vivieron en Norteamérica. No obstante, eso no quiere decir que no los puedas ver en España.
En el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid puedes encontrar una reproducción del mismísimo Dippy de Londres. En esa exposición permanente, entre otras muchas cosas, también puedes ver un Gomphotherium angustidens y un Megatherium americanum.
Ahora que sabes toda la historia este saurópodo, ¿sigues pensando que un Diplodocus no podría contra un Allosaurus? Vaya cómo se las gastaban los Diplodocus, no creo que muchos se atreviesen a robarle un helecho del desayuno
Para terminar este artículo… A continuación te dejamos con un entretenido vídeo con información del Diplodocus.
Comentar