Los tiburones prehistóricos más impresionantes de la historia
¿Sabías que los tiburones aparecieron hace algo más de 400 millones de años?
… y que ¿hoy día todavía coexistimos con un tiburón prehistórico?
Increíble ¿Verdad? Pero ¡cierto!
Al igual que todas las especies de animales que han, y seguimos, habitando el planeta tierra, el tiburón ha ido evolucionando a lo largo de cientos de millones de años hasta llegar a como lo conocemos hoy en día.

Pero la mejor manera de contar una historia para que se comprenda perfectamente es comenzar desde el principio, así que desde ahí vamos a empezar este largo paseo surcando las profundidades de los mares y los océanos.
¡Mójate un poquito con nosotros y conozcamos a estos escualos!
Tipos de tiburones prehistóricos
Antes de nada hay que puntualizar que todo lo que se sabe de los tiburones prehistóricos es gracias a los dientes y vértebras fosilizados que se han podido encontrar de algunos de ellos o al encontrar rocas con alguna impresión fosilizada de algún cuerpo muerto de tiburón.
Esto es así porque los tiburones no tienen huesos sino cartílagos, los cuales se deshacen y desaparecen muy fácilmente.
Así también muchas de las cosas que se saben de ellos, respecto a su comportamiento, dimensiones, etc. no dejan de ser meras suposiciones en la mayoría de los casos, basadas principalmente en lo que se conoce de los tiburones de hoy día.
Dicho todo esto pasemos sin más dilación a cómo ha sido la evolución de los tiburones y los distintos tipos de tiburones prehistóricos que han existido y que como venimos diciendo alguno de ellos siguen existiendo hoy día.
Cladoselache

Algunas de las características físicas de este escualo prehistórico serían:
- Mandíbula fusionada a la cabeza; esto le impediría el llevar su mandíbula hacia delante en el ataque de su presa, tal y como hacen actualmente los tiburones, limitando así el tamaño del animal al que atacar.
- Los dientes eran lisos, por lo que se tragaría a sus presas enteras.
- Tenía unos músculos mandibulares muy fuertes.
- Su boca era de gran tamaño y estaba en el centro de la cabeza. Esto facilitaría el hecho de engullir a sus presas, que se supone haría “aspirando” de la cola de su presa hacia la cabeza.
- Tenía dos aletas dorsales y una aleta de cola en media luna, parecida a la que tienen los tiburones actuales. Esto le convertiría en un gran y veloz nadador.
Orthacanthus

Este tiburón que podría recordar al cuerpo de una anguila vivió durante el periodo del Devónico-Triásico, que vendría a ser desde los 400 hasta los 260 millones de años.
Se le ha encontrado en la zona de América del Norte y Europa
Falcatus

La característica principal de este escualo prehistórico no es precisamente su tamaño, sino la diferencia física que existía entre machos y hembras; y es que los machos tenían en la parte superior de su aleta dorsal una especie de espina u ornamento que estaba curvada hacia su cabeza.
Su principal alimento, algo que seguro que a ti también te gusta, ¡las gambas!
Xenacanthus

Su principal característica, que fue uno de los primeros tiburones de agua dulce.
Otras características llamativas de este tiburón prehistórico era que tenía un cuerpo alargado y fino, parecido al de la anguila.
Tenía una aleta dorsal desde su cabeza hasta su cola, que se supone estaba recubierta de algún tipo de tejido que le hacía parecer como si fuesen vértebras, las cuales, según algunos paleontólogos podrían tener algún tipo de veneno que les sirviese como defensa.
Edestus

Es uno de los gigantes asesinos del mar, llegando a medir unos 6 metros de largo y a pesar entre 1 o 2 toneladas, más o menos como es nuestro actual gran tiburón blanco.
Su principal característica, una boca llena de filas de dientes que no paraban de salirle y ¡no se caían nunca!
Una dentadura que le servía para desgarrar y desangrar a su presa para luego poder devorarla.
Helicoprion

Es quizás uno de los tiburones prehistóricos más extraños; y es que los dientes de su mandíbula inferior están colocados en forma de espiral, como si fuese una sierra circular. La cual le serviría para desgarrar y desangrar a su presa, para comérsela fácilmente.
A diferencia del tiburón Edestus, el tiburón Helicoprion sí que iría perdiendo sus dientes según le fuesen saliendo los nuevos.
Hybodus

Su principal y llamativa característica es que tenía dos tipos de dientes, como si unos lo usasen para masticar y otros para morder.
Esto hace suponer que eran unos tiburones oportunistas más que cazadores natos.
Paleocarcharias

Físicamente es muy parecido a los escualos actuales, pues ya tiene una aleta caudal, aberturas branquiales en los laterales, una piel gruesa y áspera.
Ischyrhiza

Su principal característica, un hocico largo y fino que le permitiría alimentarse de gusanos y otro tipo de crustáceos.
Este es el antepasado del actual tiburón dientes de sierra.
Tiburón Anguila

Es el tiburón prehistórico vivo del que te hemos ido hablando en determinados momentos del post.
Apareció en el periodo del Cretácico hace unos 140 millones de años y aquí sigue «vivito y coleando» compartiendo océano con nosotros y otras especies marinas de la actualidad, como sus primos los tiburones modernos, como por ejemplo, el tiburón blanco.
Mide de dos a cuatro metros y tiene un color marrón oscuro.
Lógicamente su nombre viene porque su cuerpo tiene una forma similar al de la anguila, con aletas dorsales, pélvicas y una aleta más en la cola.
Tiene una mandíbula larga y flexible, permitiéndole tragar presas muy grandes, las cuales no pueden escapar gracias a la colocación de las filas de sus pequeños dientes.
Son vivíparos aplacentales, es decir, las crías salen de los huevos dentro del útero de la madre donde terminan de formarse alimentándose de la yema del huevo. Gestación que puede llegar a durar hasta tres años y medio ¡sí, como lo lees!
Squalicorax

Este escualo podía llegar a medir hasta cinco metros de largo y se alimentaba de todo lo que estuviese en el agua, incluido algún que otro dinosaurio despistado, y eso que sus numerosos dientes no eran demasiado grandes, pues tenían un tamaño de no más de 3 centímetros, eso sí, eran curvados y aserrados, como los que pueda tener hoy día el tiburón tigre.
Cretoxyrhina

En cuanto a físico ya se asemeja muchísimo a los tiburones actuales, llegando a medir unos 7 metros.
Un depredador nato con unos dientes de 7 centímetros curvados y lisos que nada tendría que envidiar al tan temido hoy día tiburón blanco, de similitudes parecidas.
Ptychodus

Fue descubierto en Kansas, Estados Unidos, medía unos 10 metros y pesaba de 1 a 2 toneladas, siendo así, uno de los gigantes del océano.
Sus dientes eran grandes y planos, alimentándose de moluscos.
Otodus

También fue uno de los gigantes del océano, llegando a medir unos 9 metros y a pesar unas 2 toneladas, teniendo unos enormes y afilados colmillos con forma de triángulo que podían llegar a medir hasta casi ¡13 centímetros!
Vamos que no había animal marino al que no le pudiese ¡hincar el diente!
Megalodon

El nombre científico es Carcharodon Megalodon, que significa “diente grande”. Este escualo gigante vivió durante el Cenozoico, entre 19.8 y 2.6 millones de años.
Está claro que el Carcharodon Megalodon no tenía problema ninguno a la hora de cazar, pudiendo llegar a apresar incluso cachalotes; y es que hazte a la idea, sus dientes podían llegar a medir hasta ¡18 centímetros!

En total unos 276 dientes repartidos en varias filas de las que era imposible que una presa se pudiese escapar.
Evolución y extinción de los tiburones prehistóricos
Como has podido comprobar muchos de estos escualos han compartido tiempo y espacio, no es que haya habido, o al menos no se conoce de momento, una secuencia o evolución clara entre todos ellos que lleve de una especie a otra hasta llegar finalmente a los tiburones actuales.
Entonces, la preguntaría a hacerse sería ¿por qué han ido viviendo unos más que otros?
Sencillo, cada una de las especies tiene que evolucionar y adaptarse a las necesidades del momento o simplemente desparece. Evolución y funciones superiores que se van transmitiendo a generaciones sucesivas que hacen que la especie perdure y tenga capacidad para competir por el alimento, por ejemplo.
Un ejemplo claro de esta evolución podría ser el hecho de que los tiburones han ido fortaleciendo su piel y sobre todo el poder empujar sus mandíbulas hacia delante permitiendo una mayor apertura con un cierre final mucho mayor.

Comentar